EL PORQUÉ DEL NOMBRE
16-02-2017
Arraigo: acción y efecto de arraigar o arraigarse.
Arraigar: echar raÃces, enraizar. Hacerse muy firme. Establecerse de manera permanente.
Todos sabemos que las raÃces son importantes, imprescindibles más bien, aunque no se vean.
Las raÃces nos nutren, nos sostienen, nos dan equilibrio y fuerza… nos dan identidad.
Ya Erich Fromm describÃa el arraigo como una de las necesidades básicas del ser humano definiéndolo como el sentimiento de pertenencia a un lugar que nos hace sentir que el mundo es nuestro hogar.
Qué bonita palabra: HOGAR. En pocos sitios encontramos consuelo, confort o calor como en el hogar. Sin condiciones. Y es esta seguridad la que nos permite arriesgarnos, todo lo demás es temeridad.
Consideramos el proceso terapéutico como un viaje de crecimiento en el que habrá puertos de montaña difÃciles que asustan; por eso este tipo de viajes uno no lo hace solo, necesita que alguien le acompañe para atreverse a cruzar.
Y a través de este enraizamiento logramos estar firmes y seguros, en un estado de equilibrio con nosotros mismos y nuestro entorno.
A nosotras, ARRAIGO nos sugiere la combinación de tierra fértil y raÃces flexibles, que permiten crear una base que se convierte en sustrato de sabia nueva y donde siempre poder volver cuando amenazan tempestades. Esto esperamos ser en nuestro ejercicio profesional: esa base que permita crecer y guiar para que quien acuda a nosotras pueda sacar todos sus recursos personales a su ritmo y de forma segura, como la raÃz de nuestro logotipo.